lunes, 6 de enero de 2014

Semillas del Dolor


-Soy tu padre
Dijo aquel hombre que tenia enfrente de mi, apenas podía ver bien, lo veía todo borroso y apenas podía sostenerme, aun me costaba asimilar la situación, no sé ni donde estoy. Miro a mi alrededor. Estoy en una habitación, las ventanas están cerradas y con barrotes. Miro de nuevo al hombre que tengo enfrente.
-Ahora esta sera tu nueva casa, comenzaras una nueva vida, unos nuevos recuerdos.
El hombre, o mas bien, mi "Padre" según el, se levanto de la silla donde ha estado sentado hace un rato, y salio del cuarto donde yo residía. Al cerrar la puerta escuché un ruido, como el de un pestillo.
Contemplé de nuevo el cuarto. Apenas salia la luz del sol desde mi cuarto. 
¿Donde estoy?
 Hace 5 meses:
-Señorita Yumi, despierte! Al menos que no quiera superar el récord de notas en la agenda por su mal comportamiento en clase por supuesto -dice una mujer alta, con gafas y con cara de no haberse puesto nunca ningún producto facial para las arrugas, mi profesora de Química.
Me incorporo bien, y veo como mi profesora da la vuelta y vuelve a la pizarra para seguir con la clase. Las clases transcurren lentas, hago ver que estoy atenta, pero mi mente esta sumida en los recuerdos de otro mundo. Recuerdo como era mi vida antes de entrar en este instituto de mierda, almenos en mi otro instituto tenia amigos. Hasta que a mi madre se le ocurrió cambiar de ciudad, y ahora voy a un estúpido instituto en Japón.  
¡Riiiiiing!
El ruido de la última campana es atronador, molesto, pero dulce, muy dulce. Pero no para mi, para algunos es el momento mas esperado de todo el día. El sonido que llevan deseando durante horas. Sirena de diversión. En el cual el juego soy yo. 
Espero a que todos se levanten, con sus mochilas y su material. Mientras yo recojo mis cosas a velocidad de tortuga, solo para ser la ultima en salir, para salir en paz, aunque se que no sera asi. Cierro la mochila, y me levanto, me dirijo a la puerta donde esta el ultimo profe que ha estado dando clase y al cual no he prestado mucha antención.
Ando por los pasillos sin mucha prisa, se que cuando salga por la puerta de ese instituto la diversion para un grupo de personas no hara mas que empezar. 
Llego a la puerta de salida, suspiro, salgo y no veo a nadie, que suerte hoy no hay nadie, y eso es extraño, llego al semáforo de enfrente, y espero, entonces una piedra cae en mi espalda. Toco mi espalda, me duele, esa piedra era bastante dura. Me giro y allí están. Con piedras en las manos, y una sonrisa que inicia el principio de mi infierno como todas las tardes.
-Que pasa Yumi? Tienes prisa? Esperate un poco no? No quieres divertirte un rato con nosotros? -Dijo uno de ellos con una voz sarcástica que recorría mi cuerpo de arriba abajo, de pronto veo como el semáforo señala el color verde, mi libertad, hago acción de correr, pero el me agarra de la cintura impidiendo que pueda moverme, y  me empuja al suelo. Sus compañeros ríen y uno de ellos me da una patada en el estomago que hace que me reprima de dolor.
-Chicos como hoy estoy de buen humor, os dejo que la torturéis a vuestra manera-dicho esto se sienta en el banco y observa como todos y cada uno de ellos empiezan a tirarme piedras en todo el cuerpo, yo solo grito, solo quiero que termine, que paren, quiero huir pero no puedo estoy rodeada, y apenas puedo levantar la cabeza.
Los minutos transcurren como horas, me cuesta respirar, y siento que no puedo con mi alma. Hasta que paran.
-Vamos chicos, creo que ya nos hemos divertido bastante por hoy-dice el líder del grupo levantándose del banco. Sus compañeros le siguen, yo me levanto despacio me duele la cabeza, y los tobillos me cuesta respirar, y lentamente (resentida por el dolor) me dirijo a casa. Cada vez odio mas este instituto, cada día deseo matarlos, matarlos a todos.




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